La morfología del proyecto está compuesta por dos crujías paralelas, articuladas en torno a un patio y elevadas ligeramente sobre el terreno, mediante un sistema de columnas y vigas de madera vistas, tanto en el interior como en el exterior, que se apoyan sobre una base de hormigón.

​

Considerando el clima cálido y seco de la región, se implementaron estrategias de diseño pasivo que garantizan iluminación y ventilación natural en todos los espacios, logrando un alto confort térmico sin necesidad de sistemas mecánicos de climatización.

​

En planta baja se ubican las áreas sociales y una habitación adicional que asegura accesibilidad universal. Hacia la parte posterior, con vistas abiertas al mar, se disponen la cocina y el comedor. La sala principal, ubicada entre estos espacios, se encuentra en un vacío a doble altura que permite vincular los dos niveles y actúa como una chimenea de ventilación que absorbe el aire del pasillo de ingreso, el frente marino y la celosía sur.